No era un partido fácil de encarar el del Atlético en Anoeta porque La victoria del sábado del Barça también podía repercutir en las ilusiones rojiblancas. Quedarse a 10 puntos el sábado por la noche, hacía presagiar que el partido fuese una incógnita, éramos muchos los que teníamos apuntado en el calendario la posibilidad de recortar en esta jornada. Por ello la curiosidad sobre si el corazón atlético había quedado tocado. Pero pronto nos dimos cuenta de que en las ilusiones de los del Cholo no hizo mella el triunfo azulgrana en el Bernabéu. Admirable la entrada en escena de los rojiblancos, haciendo hincapié en la banda izquierda realista. El indetectable Koke generaba superioridad por dentro, donde Zurutuza, Sandro y Theo abundaban en la confusión. Fue por ahí por donde el Atlético puso la tuneladora a todo tren, creándole un boquete que estuvo a punto de aprovecharlo Morata por dos veces.

El canterano rojiblanco demostró que, por mimbres, tiene todo lo que desea Simeone, Se exhibió bajando los pelotazos de Oblak, para dar respiro al equipo; jugando al espacio; provocando la salida de la defensa alargando a los suyos; aportando en juego posicional y a la contra; generoso en el esfuerzo para incomodar a los rivales y, lo más importante, convicción y confianza para atacar los centros laterales. Podríamos decir que Morata presentó el catálogo del ‘9’ que le gusta al Cholo. Ahora solo queda esperar continuidad en su fútbol, después de la liberación del estado de ansiedad cuando no marca. Meritazo lo conseguido por los rojiblancos después del puñetazo del Barça en el Bernabéu, pero los atléticos demostraron que para tirarlos a la lona hace falta mucho más. Por cierto, me tranquiliza ver a mi Mono Burgos de nuevo con su laboratorio echando humo. Si funciona su pizarra para la estrategia se sacan aún más puntos. El Atlético sigue fuerte en el combate de LaLiga. Y va a pelear hasta el final.