El guion soñado por Simeone

El Atlético de Simeone en su máxima expresión fue un huracán incontenible para la Juventus. Un equipo gigante que ganó bajo la bandera combativa que siempre le diferenció. Y con mucho fútbol, como en sus legendarias noches, mejor en todo momento al campeón italiano. La disposición táctica y el compromiso de los futbolistas obró un triunfo basado en la presión sin balón, en la verticalidad y en la preeminencia de la estrategia. La alineación de Simeone con Saúl, Thomas, Rodrigo y Koke ofreció superioridad en la medular. Pjanic estaba muy solo, a Bentancur se le hizo grande el partido y Matuidi no hiló como debería. Cristiano y Dybala nunca recibieron desahogados. Desde esa ventaja se hizo con el dominio el Atlético sin la necesidad de tener la posesión (38%).

Cada robo en la medular (21 recuperaciones) servía para lanzar una transición rápida con Griezmann entre líneas y Diego Costa picando. El Alteti llevó el partido al campo de la Juve (28% del tiempo). Diego Costa respondió a la confianza de Simeone con una actuación extraordinaria. Bajó el balón en casi todos los duelos ante Bonucci y Chiellini y descubrió rápidamente la endeblez de De Sciglio con sus caídas a la banda izquierda. El lateral fue la sorprendente apuesta de Allegri, en la búsqueda de un perfil más defensivo que Cancelo, y resultó estrepitosamente fallida. A la contra, con Thomas, Koke y Griezmann explotando su visión de juego con pases de primeras, descuajó a la Juve, aunque faltó pegada en los metros finales. Con Morata después en el campo, imponente en el juego aéreo (cinco duelos ganados), el balón parado dio al Atleti una victoria que su nivel de fútbol merecía. En el día más importante se vio el mejor encuentro de largo de los de Simeone en muchísimo tiempo. La mano del técnico dirigió con maestría el guion. Ni el aura de Cristiano pudo derribar a un Atleti mayúsculo.

A por De Sciglio

Diego Costa se desmarcó una y otra vez a la espalda del lateral italiano. Sus rupturas nunca pudieron ser defendidas.