Rossi, el campeón sin edad

Valentino Rossi cumple 40 años. Una cifra de esas redondas que merece nuestra felicitación, además de que los aficionados al motociclismo debamos congratularnos al constatar que el italiano se ha convertido en un campeón sin edad. Para mí lo prodigioso no es que mantenga su nivel siendo ya un cuarentón, porque talento le sobra y su forma física es envidiable, entre otras cosas porque las lesiones le han respetado más que a otros pilotos. En mi opinión lo verdaderamente sorprendente es que conserve su ambición después de 23 temporadas de grandes premios: la presión al más alto nivel es lo que realmente desgasta y puede saturar a un deportista. Rossi llegó al Mundial siendo un adolescente alocado y ahí sigue dándolo todo, como el primer día.

No sé si el décimo título se ha convertido en una obsesión para él, pero sin duda sí en el motor que impulsa su dedicación extrema al deporte que ama. Creo que sólo una concatenación de circunstancias poco probables le podría permitir a alcanzar ese objetivo... lo que no significa que no se puedan producir. Y Rossi lo sabe mejor que nadie, además de ser un fuera de serie sobre la moto es uno de los pilotos más inteligentes que he conocido. Sólo desde ese convencimiento se entiende que continúe exhibiendo un rendimiento capaz de poner en apuros a cualquiera de sus rivales, además de mantener ese hambre de triunfo insaciable. Ha cometido errores, no podía ser de otro modo después de tanto años de competición en la élite, pero precisamente esa motivación le impulsa para seguir en la brecha.