Ante los casos de Sergio Ramos y Bale

La verdad es que Sergio Ramos lo hizo bien: minuto 88, con 1-2 en el marcador y una zancadilla muy visible, tras la que se hizo el interesado por la víctima. Tarjeta, ciclo completo, descanso en la vuelta y limpio a cuartos. Nada que ver con aquel ‘ballet’ que organizó Mourinho en el mismo campo para que Xabi Alonso y el propio Ramos viesen una tarjeta. Lo malo en este caso es que luego Ramos ‘se fue de la muy’ inesperadamente, y aunque lo quiso arreglar con un tuit le han abierto expediente. Ayer, encima, Gol Tv dio unas imágenes que le comprometen más. Arriesga un segundo partido de sanción, el de ida de cuartos, si el Madrid pasa, como se espera.

Pasaremos unos días de intriga. Este mismo año ha sido suspendido por algo así Corona, mexicano del Oporto. Sólo que en su caso el fingimiento fue recogido en el acta, así que estaba pillado desde el principio. Ahora se trata de qué resuelva la UEFA en un caso en que no hay acta, pero sí unos sólidos indicios posteriores, casi más propiamente una autodenuncia que no sé cómo se le pudo escapar a un jugador listo y con tantas tablas. Y no es el único inesperado caso disciplinario al que se enfrenta el Madrid. LaLiga, a su vez, envía a Competición el corte de mangas de Bale en el Metropolitano. Este es un hecho que tiene más aristas.

Tebas y Florentino se llevan muy mal. Eso sirve para explicar esta denuncia, pero no es lo mismo una explicación que una justificación. Bale merece repulsa y sanción, pero si acaso debería ser el Atlético, en desagravio a sus socios, quien le denunciara. Y en su momento, el árbitro, previo aviso del VAR si él no lo vio, debió expulsarle y nos hubiéramos ahorrado esto. Pero ni árbitro, ni VAR ni Atlético, ha sido LaLiga quien so pretexto de la deportividad y buena imagen del campeonato, denuncia a Bale. Tebas se ha puesto en este caso en evidencia, por si no bastara su mal manejo de los descansos en Copa del Barça y el Madrid.