Dembélé y la buena estrella

El aire ha cambiado para Dembélé. El patito feo del Barça, el futbolista de los 140 millones sobre quien pesó una preocupación lógica por su aislamiento, su falta de adaptación y, sobre todo, su bajo rendimiento deportivo, ha virado en un jugador que, visto en directo, es un arma de destrucción masiva al que, además, ha cambiado la suerte. Ahora la vida sonríe a Dembélé, que marca de rebote (1-0), cuando le da mal al balón con la izquierda (2-0) y que ya no sólo desborda sino que inicia jugadas de gol como la del 3-0 de Messi. Indescifrable por su manera de vivir el fútbol y su día a día, Dembélé empieza a ser una prioridad en las preocupaciones de los informes que los técnicos elaboran del Barça.

Que Dembélé es un jugador de picos y con algo especial es algo que se sospecha desde que su presentación como jugador del Barça se retrasó nadie sabe muy bien por qué. Pero mucho más cuando fue capaz de quitarle portadas a Messi simplemente por quedarse dormido. Dembélé ha aterrizado ya en el planeta Barça y parece que para quedarse. La ovación del francés con la grada confirma una conexión que hace apenas tres meses parecía imposible. Dembélé ya es uno de los preferidos de la afición. Tanto como la Copa es una prioridad ya para el Barça.