A Butarque se le agotaron los sueños

Hubo carencias. De pegada. Quizá de fe o ímpetu. Todo eso le faltó al Leganés en la búsqueda de una remontada que se antojaba imposible, pero que según evolucionó el partido perdió el disfraz de utopía. Lo inverosímil ya no lo parecía tanto. Braithwaite abrió la puerta a los sueños. Su gol rugió a ‘Pepinazo’ volumen dos. El asunto quedó en pepinillo agrio.

Sin ahínco no hay paraíso. El Leganés no lo lució en una segunda parte de bajón creyente. También faltó oxígeno y tino. Algo similar a lo del Bernabéu, sólo que esta vez el resultado era otro. Ganaban los de Pellegrino. Y pese a ello, el ahínco por abrir portadas se perdió congelado por un espíritu de épica tan frío como la noche. Bueno para la permanencia. Habrá menos esfuerzos, pero también menos sueños, el alimento que nutre Butarque, ése que anoche se agotó donde antes solía abundar.