Atlético, verlo para creerlo

Increíble. Hay equipos y partidos que se te atragantan y el Girona es uno de ellos. El conjunto catalán eliminó al Atlético en un encuentro de locos, donde hubo de todo, goles, ocasiones, tantos anulados... El Atlético disparó catorce veces a portería, ocho entre los tres palos. El Girona tiró cinco veces, tres a puerta. Y los tres fueron goles. Máxima efectividad para un conjunto que accede a cuartos de final de Copa por vez primera en su historia. Enhorabuena al equipo catalán. Increíble lo sucedido en un partido que pasó de un 1-0 a un 1-2, luego a un 3-2 y posteriormente al 3-3 final. Al Atlético le penalizó su flojeza defensiva. En el primer tanto Arias y Correa miraron cómo el rival disparaba sin apenas posición. En el segundo, de cabeza, Stuani marcaba a placer. Y en el tercero Thomas no paró al rival en el centro del campo y dejó seguir una jugada que acabó en gol. No es habitual ver al Atlético encajar tantos goles. Pero de cara a la Champions, el equipo rojiblanco debe mejorar mucho en defensa. Porque, de lo contrario, lo pagará muy caro.

Historia. Es la primera vez que el Atlético de Simeone queda eliminado en esta ronda. Siempre había accedido a los cuartos de final. El equipo madrileño es un conjunto muy fiable en eliminatorias a doble partido. Real Madrid, Barcelona, en dos ocasiones, Celta y Sevilla fueron los rivales que habían eliminado al Atlético en años anteriores con el entrenador argentino en el banquillo. Pero, por lo visto, pudo más esa maldición que tiene el conjunto madrileño ante el Girona que el peso de años anteriores. Se han enfrentado cinco veces en competición oficial y los rojiblancos nunca han podido pasar del empate. En los cinco partidos se repitió el mismo resultado. El 3-3 mandó a los rojiblancos a casa. Y fue un duro palo para toda la afición.

Sin suerte. El Atlético jugó un buen partido, es justo decirlo. Fue muy superior en la primera media hora y el Girona empató en el primer despiste rojiblanco. Por momentos incluso pareció que el rival tiraba la eliminatoria. Pero luego marcó el 1-2 y todo cambió. Pero, aún así, el Atlético siguió manos a la obra y le dio la vuelta al encuentro. Pero volvió a fallar atrás. Los de Simeone movieron el balón, al rival, tocaron y tocaron hasta encontrar el hueco. Pero ni así. El Girona ya se ha convertido en la bestia negra del cojunto madrileño.

Griezmann. Para unos fue una temeridad dejarle en el banquillo. Para otros, es normal, puesto que hay que darle algo de descanso. Pero la verdad es que la entrada de Griezmann al campo contagió a sus compañeros. Marcó el 3-2 que daba el pase al Atlético y se movió con mucho peligro por el área rival. Y tuvo muchos minutos de una buena asociación con Lemar, quien fue de menos a más y acabó siendo uno de los dueños de la pelota. Fue una pena porque Lemar acabó bien.

Lucas. Entre tanto jaleo, goles, emoción... volvió a jugar Lucas después de todo lo sucedido con el Bayern. Le pitaron, pero la afición estaba más preocupada de derrotar al Girona que de circunstancias particulares. Yo ya me he pronunciado. Hasta el verano, hay que apoyar a Lucas. Luego, si se quiere ir, que deje el dinero y se vaya rápido. Pero hasta entonces el Atlético no se puede permitir un despiste. Porque el equipo ha demostrado que cuando está a tope, en alerta, puede ganar a cualquiera. Pero cuando se relaja lo más mínimo, como pasó en defensa ante el Girona, también le hacen daño. Ahora hay que centrarse en LaLiga. Quedan dos competiciones y hay que pelearlas hasta el final. Sería muy triste para esta afición no pelear por nada a mitad del mes de marzo.