El justiprecio será de 100 millones

En el Madrid dan por hecho el fichaje de Eden Hazard para este verano. El jugador belga de 28 años (cumplidos el pasado 7 de enero) será la primera piedra de ese nuevo proyecto en el que entrarán otras cuatro o cinco caras nuevas. Hazard no es una promesa, es una bendita realidad. No es un Vinicius, no es un Brahim. Es el Balón de Plata del pasado Mundial de Rusia, integrante del once del año para la FIFA y el futbolista franquicia del Chelsea y de la selección belga. En Stamford Bridge le avalan sus números: 101 goles y 85 asistencias en 327 partidos. Fue el baluarte de las dos Premier que los boys de Abramovich ganaron en 2015 y 2017. Además, lideró al Lille que en el año 2011 ganó la Ligue 1 en Francia. Ya lo dijo Zidane en ese momento: "Eden está dotado técnicamente y es muy rápido. Será una gran estrella en el futuro. Yo lo llevaría al Real Madrid con los ojos cerrados".

Hazard está capacitado para liderar al futuro Madrid, en el que ya no imagino a Bale y en el que albergo serias dudas sobre Asensio (el mallorquín debe cambiar el chip y asumir el rol que este curso ha desechado tristemente). Hazard debe triunfar con su fútbol directo y su impresionante capacidad en el uno contra uno a un equipo que necesita resetearse y olvidarse de vivir de las riquezas acumuladas en este quinquenio inolvidable. El belga no es Cristiano, ya lo sé, pero siempre mostró un deseo por jugar de blanco que avala la apuesta para que vea cumplido su sueño. Por eso en el Madrid, y pese a que acabe contrato en 2020, lo tienen asumido. El justiprecio son 100 millones.