Ni ante un Rayo de mínimos escapó el Madrid del sufrimiento al que se ha abonado. Fue mejor el conjunto de Solari, pero nunca cerró el marcador y casi se llevó un chasco mayúsculo en la última jugada. Al equipo más goleado de LaLiga sólo pudo ganar por la mínima. Ante la ceguera futbolística de Asensio, fueron Lucas y Benzema los que destriparon la vaga defensa del Rayo. Míchel ajustó a su equipo con una zaga de cinco que estuvo en permanente desconexión. El Bernabéu, ni aunque te midas a este Madrid, no es un escenario acorde con las probaturas. La inclusión de un central más para corregir su fragilidad vació la medular y quitó sentido al juego posicional franjirrojo. La línea nunca se acopló y los espacios a la espalda emergieron con continuidad.

La movilidad de Benzema concordó con este guión. La defensa rayista no tenía una referencia y Tito, Velázquez y Gálvez, después Ba, no fijaban su marca ante tal dinamismo. También Álex Moreno basculó como un lateral tradicional y dejó demasiado suelto a Lucas Vázquez en la derecha (ver imagen inferior). El extremo y el delantero francés formaron una alianza muy interesante, escenificada en la cantidad de pases que se intercambiaron (16). Pese a la sensación de superioridad general, el Madrid no tuvo un flujo de ocasiones tan importantes como requería la flaqueza del Rayo. Su tonelaje ofensivo dio para poco y sólo Benzema, Lucas y las manos de Courtois rectificaron lo que podía haber sido otro gatillazo mayor.

Inteligencia en ataque

Caída a banda de Benzema y cambio de orientación rápido al otro lado para Lucas Vázquez. El gallego ataca el área y mete un pase medido para el desmarque de ruptura del francés. Ningún central del Rayo se hace con él.