Cuando Zizou lidió con el mismo caso...

Lo de Isco no es nada nuevo, ni original, ni siquiera trascendente en el mundo del fútbol donde los jugadores se han convertido en estrellas por encima de sus posibilidades. Me explico: en una época no tan alejada, las personas más famosas y más admiradas eran actores, cantantes o deportistas con una trayectoria muy especial. En la mayoría de los casos, la gloria les llegaba después de muchos años, después de muchos esfuerzos, después de superar muchos obstáculos. Ahora cualquier futbolista de Primera División es un icono adorado por las masas sin estar realmente preparado para este papel. Sólo hay que mirar el número de seguidores que ostentan en las redes sociales para darse cuenta de ello. Así que resulta cada vez más difícil que un jugador, y más todavía en el club más mediático del mundo, guarde los pies en la tierra y tenga esta humildad de trabajar como el que más para no malgastar su don natural.

Isco, hasta ahora muy protegido por la prensa por su nacionalidad española (algo que puedo entender), ya ha dejado pasar una oportunidad de convertirse en uno de los mejores futbolistas del mundo. Fue con Zidane. Nada más llegar al banquillo del Madrid el técnico francés le puse por las nubes en un cara a cara en su despacho. Sin embargo no cumplió con las esperanzas que el francés había puesto en él. Y me da que a Solari también le revienta que el malagueño queme de esta forma su inmenso talento. Creo, sin embargo, que a Isco le queda todavía algo de tiempo para revertir la situación. Pero eso empieza, ante todo, en Valdebebas.