Un bocado al prestigio del Madrid

Fue el peor resultado del Madrid en el Bernabéu en todo su historial europeo, que ya es decir. El destrozo no tiene efecto en la tabla: el Madrid ya era campeón de grupo. Ni siquiera le vale al CSKA, al que el triunfo del Viktoria Plzen ante el Roma le deja cuarto. Pero le queda el brillo de este resultado, que no olvidará, como al Madrid le queda el baldón de un resultado feísimo en la competición favorita del club. Fue como romper la vajilla de los abuelos. Un suspenso casi general para la reserva del Madrid, que tan buena imagen dejó ante el Melilla, pero que ante el CSKA soltó un partido malo y soso, sin rabia para al menos maquillar el resultado.

El partido empezó con la sorpresa desagradable de que no jugara Keylor. Todos eran suplentes, menos Benzema y Marcelo, que tienen lesionados a los suyos (Mariano y Reguilón) y Courtois. ¿Por qué ese destierro de Keylor, inservible ya hasta para un partido inútil? Fue una desconsideración fea. Luego, el Madrid empezó bien, con Vinicius sacándole una buena parada a Akinfeev, pero los buenos propósitos acabaron pronto. El CSKA salió respondón. Jugó bien, desplegándose con ritmo sabio y masticando algunas jugadas de ataque ante un entramado defensivo, todo hay que decirlo, con poca agresividad. Y así llegó al descanso 0-2.

Lo peor fue luego. Cuando esperábamos una reacción de vergüenza torera exigible a unos suplentes que tienen que luchar por su futuro, no se dio. Para empeorar las cosas, salió Bale por Benzema, para jugar de nueve, que no es lo suyo, y encima se medio lisió enseguida, como suele. El segundo tiempo fue de una fatal atonía del Madrid, sin más jugador con orgullo y rabia por mejorar la miserable situación del equipo que Vinicius, que siempre buscó y encaró. Así que no fue raro que cayera el 0-3. El partido retrata mal a todos, pero en especial a Isco y a Asensio, los más añorados, estupendos ante el Melilla, decepcionantes en esta ocasión.