Sin Cadena

"La vida es como montar en bici. Debes moverte para mantener el equilibrio” (Charles Schulz)

Autor: Víctor Martín Molina
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El 'tapering': Una puesta a punto antes de una competición

Tan importante como el entrenamiento en las semanas previas es hacer un acercamiento correcto al día decisivo para que las piernas estén al máximo

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El 'tapering': Una puesta a punto antes de una competición

En unos días volveré a ponerme un dorsal a la espalda después de siete años. Y como ocurrió hace siete años, lo más normal es que termine entre los últimos. Pero como ya os dije en su momento, esto pretendía ser un punto de inflexión. La verdad es que no sé ni por qué, pero estoy incluso un poco nervioso por cómo lo haré el domingo. Os lo contaré la semana que viene, como no podía ser de otra manera.

Pero otra parte de hacer esto –como inicio para hacer más cosas más difíciles- era contaros poco a poco el proceso para correr una prueba. Y en ese proceso, la penúltima etapa es lo que en el lenguaje de la preparación física se conoce como ‘tapering’. Básicamente se trata de la puesta a punto para la carrera en los días previos a la misma.

El asunto es como sigue. Por mucho que lo creamos, meternos kilometradas y entrenar a tope hasta el día antes de la prueba no nos va a hacer llegar mejor. Eso ya está demostrado que no es así, e incluso es bastante posible que lleguemos un poco ‘cascados’ si nos castigamos mucho en esos días anteriores. Y aparte, ni en una semana vamos a mejorar exponencialmente nuestro estado de forma –y menos si no dejamos recuperación en medio- ni tampoco la vamos a perder por levantar un poco el pie. Que esa es la idea.

Con el ‘tapering’ lo que se busca es poder llegar a tope e incluso un poco de efecto rebote, lo que se conoce como supercompensación. Cuando se tiene el cuerpo sometido a una carga alta de entrenamiento y luego se le dan los estímulos necesarios para asimilarla, aumenta el nivel y de eso se trata. De estar al máximo cuando hay que estarlo. En mi caso tengo que añadir que “al máximo” es lo menos mal posible teniendo en cuenta que voy con dos meses de entrenamiento y poco más, o sea que en Nochebuena si comemos pavo en mi familia será porque lo habremos comprado antes. Pero algunos pasos muy genéricos:

1. A base de conocer su propio cuerpo es como uno sabe cuál es la mejor forma de buscar este efecto, pero hay algunas premisas básicas que son prácticamente para todos: lo primero, hay que reducir la carga de entrenamientos y, sobre todo, los tiempos. Menos horas. En mi caso incluso creo que he apurado demasiado, pues el último entrenamiento ‘duro’ lo tuve el lunes: un poco más de dos horas por una zona rompepiernas y con repechos al 12-13%. El martes ha tocado un poco de rodillo suave.

2. Menos horas, misma intensidad. No debe ser sustancialmente más baja, sino más bien similar. Pero, sobre todo, no debemos meternos meternos en terrenos que puedan desgastar muscularmente. Las pendientes de doble dígito o los ascensos largos no son especialmente recomendables.

3. Es bueno mantener algunos estímulos para que las piernas sigan estando a tono. Hacer series cortas a intensidad alta -30 segundos, un minuto, ya en función de las que haga cada uno- viene bien para que las piernas no se ‘adormezcan’ el día que queremos que den lo que tienen.

4. Tanto peca el exceso como el defecto. Lo mismo que no está bien reventarse a entrenar la semana antes, si nos quedamos totalmente parados tampoco obtendremos un beneficio. El asunto aquí es mantener la actividad pero a la vez dar a las piernas la frescura necesaria para que tengan la chispa que buscamos.

5. Los estudios difieren mucho sobre cuándo empezar este período de puesta a punto. Los que más apuran hablan de cinco días, otros se van a las tres semanas. Ante la duda y hasta que uno se conozca mejor –quien siga un entrenamiento planificado que le haga caso a su entrenador, y que elija a uno que esté formado-, casi siempre se suele tirar por la calle del medio. Entre ocho y 12 días, más o menos. Escribiendo esto me doy cuenta de que sí, he apurado demasiado.

Está demostrado, también, que incluso aunque el ‘tapering’ no sea perfecto, hay mejoría en el deportista. Evidentemente si hablamos de un ciclista profesional o un amateur de nivel ‘top’, hacerlo bien puede suponer un podio, una victoria o un récord. Para globeros que luego van por ahí contando su vida, esa mejoría supondrá probablemente disfrutar más de la carrera. Lo dicho: la semana que viene os cuento.