Borja Mayoral sigue creciendo. En el amistoso de Las Gaunas, con la Selección Sub-21, firmó ante Dinamarca un hat-trick pletórico. Ya sé que sólo era un amistoso, pero eso mismo ratifica el gen competitivo y la ambición de este parleño empeñado en acabar y completar su sueño: triunfar un día en el Bernabéu.

Borja acertó aceptando la cesión al Levante, un club formativo que cuenta con un equipo que posee un gran nivel, lo que le permitirá crecer al lado de delanteros solventes como Morales, Roger y Boateng. Con los granotas ya ha estrenado su casillero goleador y seguro que termina el curso en Orriols con un número aceptable de dianas.

Borja Mayoral tiene una ventaja añadida. No sólo es un buen rematador, también juega como un ariete moderno. Se mueve muy bien entre líneas, busca la espalda de la defensa rival con velocidad e instinto y sabe asociarse con los compañeros para buscar opciones de ataque sin necesidad de pensar sólo en su tarjeta goleadora. Sabemos que en el Madrid tiene mucha competencia (Benzema, Bale, Mariano, el cedido Raúl de Tomás…), pero seguro que el verano que viene convencerá a Solari para quedarse. Esa es su obsesión y para eso trabaja cada día sin descanso. Confío en el nuevo Lince de Parla. Nadie le ha regalado nada en la vida y a sus 21 años nadie le tendrá que animar para comerse el mundo. Tiene carácter, personalidad y gol. La fórmula idónea para triunfar en la vida y… en el fútbol.