En Zagreb, con Jordi Alba y sin Alcácer

Primero, las cuentas: si ganamos hoy en Zagreb, seremos primeros de grupo y nos espera la final a cuatro de esta nueva competición. Si empatamos, necesitaremos que Inglaterra no gane a Croacia el domingo. Y si perdemos, aún podríamos estar en esa final a cuatro si ese Inglaterra-Croacia termina en empate. Y en ningún caso podemos ser últimos, lo que supondría el descenso de categoría. Cuestión de los buenos ahorros que hicimos en los dos primeros partidos, la victoria en Wembley y la goleada sobre Croacia en Elche. Lástima que el pésimo primer tiempo ante Inglaterra en el Villamarín nos complicara el grupo.

El Maksimir de Zagreb abre hoy de nuevo sus puertas tras una sanción. Inglaterra jugó en Rijeka a puerta cerrada, por incidentes pasados de los ultras croatas, que son de aúpa. Así que hoy tendremos ambiente, porque lo cogerán con ganas, pero ya ha dicho Sergio Ramos que lo prefiere. En realidad, lo prefiere todo futbolista. Jugar a gradas vacías se hace raro y fantasmal. Croacia, recordémoslo, es la subcampeona del mundo, pero anima algo pensar que desde aquello ni Modric ni Rakitic han vuelto a ser ellos mismos. Y tampoco está Mandzukic, ese dolor de muelas para cualquier defensa, porque decidió abandonar la Selección.

Estará Jordi Alba. Luis Enrique ha corregido a tiempo, quizá porque ha visto que el agua le podía llegar al cuello y ha preferido olvidar lo que sea que haya tenido que olvidar. Los dos dicen que se quieren, así que estupendo. Jordi Alba es un jugador sensacional y su estado de forma es magnífico. Sin hacer de menos a nadie, es de largo la mejor posibilidad de España para esa posición. El que no estará será Alcácer, con el que nos ha vuelto a pasar lo que con Íñigo Martínez. No se le citó por lesión y sin embargo antes de reunirse el grupo jugó con su club, en este caso el Borussia, y ante el Bayern, nada menos. Y hasta marcó. Nos pasan cosas muy raras.