A muerte con Julen Lopetegui

No hay jugador del Real Madrid que no pidiese públicamente la continuidad de su entrenador tras el durísimo golpe que endosó el Levante en el Bernabéu. La repetida frase tras los dos últimas derrotas, "estamos a muerte con Julen", es un pésimo síntoma en una zona mixta, pero también es la constatación de que los futbolistas siguen creyendo en el entrenador. Más allá de las declaraciones están los hechos. El Real Madrid volvió a entrar de manera pésima en el partido, una de sus lacras en este mal inicio de temporada, esta vez con el claro protagonismo de Varane, pero tuvo arrestos, amor propio y deseo de darle la vuelta a la situación hasta el último suspiro. Generó infinidad de ocasiones, otros tres palos, pero se topa de bruces una y otra vez con el infortunio, la falta de gol, con la alargada sombra de Cristiano y la prepotencia de no cubrir su marcha con garantías.

A favor de la continuidad de Julen juega que el Bernabéu no reclamó su destitución de manera unánime como solución, además de la cercanía de la Champions League y del Clásico. Por mucho que lo quieran pintar, la destitución del técnico no sería sino la constatación del fracaso del proyecto y Lopetegui, que por supuesto tiene su parte de responsabilidad. Es ahora también el mejor escudo para parar los golpes al que no vislumbró la necesidad de mejorar la plantilla y revitalizar la ilusión este verano, empachado, sin ponderar la distancia liguera entre Barça y Madrid la pasada temporada. Julen se siente con fuerzas para darle la vuelta a la situación y sus jugadores dicen estar a muerte con él.