La dejadez defensiva del Madrid

Al Madrid le saludaron todos los males contra el Levante. La desdicha ofensiva, retratada en los 34 disparos que intentó, apunta al adiós de Cristiano, indisimulable ya su ausencia. Parece difícil que recomponga su relación con el gol sin el portugués, aunque la multitud de ocasiones que desperdició están fuera de toda lógica. El Levante nunca defendió bien, desprotegido en el balón parado como le viene sucediendo durante toda la temporada, y concedió opciones fácilmente aprovechables para el Madrid. Jason no colaboró atrás y la banda derecha granota fue una autopista. El acoso final de Marcelo y Benzema por ese lado acarició la remontada. Al Madrid no le faltaron ideas y orgullo, pero sin acierto en el remate le fue imposible.

Peor aspecto tiene la escenografía defensiva blanca, el principal debe que se puede imputar a Lopetegui. Se contempla un equipo quebrado, con una desafección entre líneas alarmante y progresiva, y contrariado por errores individuales impropios del máximo nivel. El Madrid estaba avisado del juego de transición del Levante con Morales como arma arrojadiza. El capitán levantinista resultó incontenible, recibiendo con espacios y en ventaja para encarar. Es definitorio que durante todo el primer tiempo el conjunto blanco no fuera capaz de fijarle con vigilancias más cautelosas. Fue el símbolo idóneo de la dejadez defensiva de un Madrid en situación límite. Lopetegui no parece tener las respuestas.