El tsunami Neymar

La guerra. La noticia adelantada por la Cadena SER sobre el pacto de Neymar para liberarse del PSG, a cambio de 220 M€ este verano, ha generado el inicio de una guerra fría deportiva entre Barça y Real Madrid que ya veremos dónde acaba. Otra treta de su padre para buscar otra megaficha para su hijo, más una marca que un futbolista. Para mi dura mollera resulta incomprensible que el Barça ni tan siquiera se lo plantee, más aún que lo someta a juicio del vestuario, sobre todo teniendo en cuenta cómo salió de la Ciudad Condal, con la prima de fichaje más escandalosa jamás reclamada en el mundo del fútbol, con el gravísimo revuelo judicial que generó su fichaje en Brasil. ¿Merece la pena? El dilema para la directiva culé es gordo: ¿Se traga el sapo sabiendo que está envenenado? ¿O asume el riesgo de que Neymar les pinte la cara de blanco? La cuestión es si lo ficha para que no lo haga el Madrid. Que nadie olvide que el Barcelona firmó a Coutinho y Dembélé asaltando la banca, superando lo ingresado por el brasileño... Ayer Cardoner, el vicepresidente, dijo que "nadie se lo había planteado". Esto es muy largo...

Los problemas en París. Neymar siente como Mbappé le está adelantando por la derecha. El affaire que tuvo el año pasado por tirar los dichosos penaltis con Cavani es una chorrada comparado con la que le viene encima con el niño de oro del fútbol francés. Nadie duda de la calidad futbolística del brasileño, pero después de dos Mundiales con la vitola de líder de una buena generación, se la ha pegado; en el primero por el rodillazo salvaje de Zúñiga y en Rusia por bajo nivel. Mbappé va y a la primera sale campeón. No nos engañemos, Mbappé huele a Balón de Oro del futuro que tira para atrás. Para colmo, todo indicaba que Neymar se iba a adjudicar el primero que no se llevaran Messi o Cristiano. Pues le ha salido otro grano francés: Griezmann. En París tiene muy difícil el premio de France Football: uno de sus objetivos.

¿Y el Madrid, qué? Es una partida de póker. Neymar no quiere sombras y en Barcelona la tendría en Messi. El Madrid sí le puede ofrecer esa bandera. Bale no representaría un problema, más que nada porque seguramente estaría volando a la Premier. Florentino Pérez tiene experiencia y ya sabe lo que es entrar en la puja por Neymar, echó cuentas y dijo que salía por una burrada. A todo esto, llegó a pasar un reconocimiento médico, que nadie lo olvide. Sigue siendo su obsesión. Pero, ¿realmente es lo que necesita el Madrid? Va cumpliendo años, en febrero son 27. ¿Es un jugador para armar un proyecto futbolístico en torno a él? La sensación es que va a su bola. Puede ser una subasta, al mejor postor, pero cuidado, como en la obra de Banksy, puede ser un final autodestructivo.