El Barça necesita a Piqué vestido de Batman, no el de la versión Bruce Wayne

Dos identidades. Gerard Piqué cada día se asemeja más a uno de esos superhéroes que cuando se tercia son justicieros nocturnos, pero de día ejercen una doble personalidad para ocultar su identidad trabajando como periodistas (Clark Kent/Superman) científicos (Bruce Banner/La Masa) o millonarios inversionistas (Bruce Wayne/Batman). Este último personaje es el que le pega más al central blaugrana, que últimamente ha volteado su personalidad. De un enorme jugador que se metió en negocios, ahora da la sensación de que cada vez la balanza de exitoso hombre de negocios pesa más y que el Piqué inversor vestido de traje gana terreno al Piqué que se viste de superhéroe sin capa y con pantalón corto cada fin de semana.

La Batcueva. En su papel de Batman, Piqué se siente seguro de sus capacidades. Él es el primero que es consciente de que sus últimas actuaciones como jugador no han sido para tirar cohetes, pero como los grandes superhéroes ha hecho de la necesidad virtud y se ha marcado un desafío. “Sé que hay mucha gente que me tiene ganas y me están esperando en Madrid y Barcelona, que aprovechen ahora, es un buen momento para que salgan de la cueva y tomen algo el sol que las cosas van a cambiar”. En este caso, hablaríamos de la Batcueva, donde prepara el contraataque ante tres ‘villanos’ de la talla del Sevilla, líder del campeonato, el Inter y el Real Madrid, el Ra’s al Ghul de todos sus adversarios.

La agenda. A diferencia de muchos otros jugadores, que cuando acaban de entrenar a las 12 del mediodía tienen todo el día libre, a Piqué se le empieza a acumular la faena en cuanto se pone el traje de vestir. Saliendo de Sant Joan Despí, le esperan videoconferencias, reuniones, revisiones de contratos de patrocinio o presentaciones públicas como la de ayer en Madrid. Gerard acabó el entrenamiento, tomó un avión, presentó su proyecto de Copa Davis y regresó a Barcelona donde hoy volverá a ocupar su identidad. Eso no es nada comparado con lo del fin de semana sin Liga, que le llevó a Shanghai, donde se disputaba el Masters de tenis.

Sin recambio. Como pasa en las películas de superhéroes, el protagonista se halla en una situación límite. Sin recambio, con un compañero inexperto al lado, cuestionado por los medios y ante una gran amenaza. El Barça le necesita en su versión Batman. Bruce Wayne puede esperar.