Kroos no quiere ser Casemiro y se nota

Aprovechando las fechas FIFA, que le alejan de su jefe del resto del año, Kroos le ha recordado a Lopetegui que no es Casemiro. En efecto. Su naturaleza de jugador es otra. Kroos es un interior de creación y apoyo al ataque, con más interés por lo que sucede cerca del área contraria que cerca de la propia. En el Bernabéu mucha gente le tiene calado: regresa demasiado despacio. Esas cosas se aprecian más en el campo que en la tele. Se recogen mejor Modric e Isco. Él es lo que entrenadores de otro tiempo llamaban ‘jugadores río’, siempre entusiastas para jugar hacia arriba, pero renuentes a regresar en apoyo de la defensa.

La confusión viene de que en una primera época se esforzó más. Cuando llegó, Ancelotti compuso el centro del campo con él de medio centro, flanqueado por Modric y James, con frecuentes apariciones de Isco. Él era un chico de 24 años, elevado de promesa en el Bayern a titular en el Madrid, e hizo lo que pudo, y lo que pudo fue a menos según pasó el tiempo. Benítez fichó a Casemiro, pero, condicionado por la necesidad de poner todos los cromos caros, se comió un 0-4 ante el Barça con Kroos de medio centro y cayó. Zidane empezó también con él ahí, hasta que se decidió a instalar a Casemiro sacrificando a James y llegaron sus éxitos.

Esa es la película en lo que respecta al Madrid. En lo que respecta a él, aquel meritorio de 24 años que corría para hacerse un sitio en el Real Madrid ya va camino de los 29, y en este tiempo ha conquistado tres Champions con el Madrid y un Mundial con Alemania. Por supuesto, se siente titularísimo, pero en lo suyo. Ya no se ve para hacer de tapón y dar equilibrio, ni siquiera para las raras ocasiones en que pueda faltar Casemiro, y así lo dice, por si no lo dejara lo bastante claro cuando le ponen ahí. Tendemos a ver a los jugadores alemanes como máquinas, pero también son muchachos que tienen sus caprichos cuando llegan a figuras.