Está muy bien que el entrenador del Madrid haya dado confianza a jugadores que otros años no la tuvieron por decisión, más que discutible, de Zidane. Asensio y Ceballos han crecido en personalidad y fútbol y es en parte gracias a las decisiones de su actual entrenador. Pero esa era una apuesta hasta cierto punto sensata, nada que ver con la rotación suicida a la que sometió al equipo el sábado ante el Espanyol. Con Carvajal lesionado, Lopetegui decidió dar descanso también a Marcelo, con lo que dejó al equipo sin las referencias y rutinas que le dan los laterales titulares, importantísimos en el juego colectivo. Para Odriozola, por mucho que pusiera de su parte, era el debut, y Nacho, una vez más, se vio fuera de sitio en la banda izquierda.

También dio permiso a Kroos y a Bale, con lo que en total salieron cuatro supuestos titulares del once. Por supuesto que en el centro del campo inicialmente no se acusó. El arsenal que tiene el Madrid en esa zona es de lo mejor del mundo pero, cuando llegó el cansancio tras el esfuerzo ante el Roma y el Madrid perdió la pelota, Julen no encontró recursos para darle a su equipo el control y el dominio que necesitaba. Los cambios no solucionaron el problema y estuvo a punto de pegarse un trompazo de los serios. Hay que administrar mejor los descansos...