En la final de Javi no hay excusas

Eibar – Leganés. Duelo histórico. Un clásico en aquella Segunda de los 90 cargada de mitos de pico y pala. Currantes como Javi Eraso. A él le ha tocado vivirlo en Primera. Pudo hacerlo en Segunda o en Segunda B porque en ambas categorías compitió con la zamarra del Lega este todocampista apocado. Sabe de qué va lucir el escudo del laurel. Lo vive y ejemplifica. Con autocrítica. O normalidad. También exhibe una virtud exótica. Sensatez la llaman.

El jueves Javi habló. Tras un acto institucional puso verbo a la receta que debe perseguir el Leganés para huir de un pozo que jamás había pisado en la élite. Dijo que lo de hoy se lo tomarían como una final prematura e insistió en que era necesario un “tirón de orejas” sin que “salten las alarmas”. Amén.

Debe darse cuenta el Lega que lo de hoy no son tres puntos. Es mucho más. Es aferrarse a Primera y circundar ansiedades que inyecten miedo al día a día. Negar la evidencia de la necesidad es hacer flaco favor a un proyecto con tiempo para la redención, pero sin excusas para encauzarla. Se juegue como se juegue. Toca ganar. Cuanto antes. Hoy mismo. En el Eibar – Leganés. O, como diría Javi, la final de Ipurua.