El Madrid que pregona Lopetegui

Un Madrid abrumador y coral abrasó al Roma y dibujó un partido estupendo a todos los niveles. Las premisas de Lopetegui se cumplieron de inicio a fin. Fue un conjunto intenso, con un ritmo de balón imponente, capaz de crear superioridades por dentro y por fuera, lúcido en el contraataque y sin renunciar nunca a defender arriba. Atacó por todos los lados y en todo momento (el 45% de sus jugadas por la izquierda, el 26% por el centro y el 29% por la derecha). El Roma estuvo ahogado y no tuvo respuesta al juego entre líneas blanco. Lopetegui ordenó a su equipo en un 4-2-3-1 con Modric como mediapunta e Isco partiendo desde la izquierda. Con el croata como enlace persiguió un doble objetivo. Sin balón fijó a De Rossi en la salida italiana y con la pelota permitió un mayor avance vertical. La regla de Kroos, la profundidad de Carvajal y Marcelo y las rupturas de Isco y Bale espolearon la carga ofensiva madridista.

El Madrid resultó un vendaval todo el partido. Disparó hasta en 30 ocasiones, aunque lo mejor fue cómo llenó su delantera ante la falta de una referencia continua. Diez jugadores distintos remataron dentro del área. Esta estadística fue liderada por Bale (tres tiros). Los únicos deslices blancos nacieron de alguna acción de presión precipitada, pero el factor corrector de Casemiro (13 recuperaciones) y la solvencia de Keylor sostuvieron el bloque. El Bernabéu contempló a un Madrid pleno y una exhibición superior. Fue el tráiler de lo que Lopetegui espera esta temporada.

En la mediapunta

Los cambios constantes entre Bale, Isco y Benzema equivocaron las marcas italianas. Tres futbolistas en posición de recibir y buscar la posterior pared o giro a portería. Esta imagen corresponde a la falta que sufrió Isco previa a su gol de libre directo.