La música de Haendel inunda Europa

Vuelve la Champions, con sus compases de Haendel, que tanto nos acercan los unos a los otros. En estos días en que la presión migratoria crea urticarias en las fronteras interiores de Europa, me da por recordar lo que el fútbol hizo, tanto tiempo atrás, por nuestro continente. En la primera mitad de los cincuenta, antes de que naciera el Mercado Común, unos pocos idealistas, cuya locomotora fue L’Équipe, y entre los que estuvo nuestro Santiago Bernabéu, pusieron en marcha la Copa de Europa. Con comunistas y capitalistas, con democracias y dictaduras, con monarquías y repúblicas. Con católicos, protestantes, ortodoxos y musulmanes.

Ahora que Europa sufre, bueno es que mire al fútbol. Aquella lejana Copa de Europa progresó y se desdobló en Recopa. Al tiempo nació la Copa de Ferias, que mutó en Copa de la UEFA. Con el tiempo, las tres se fundieron en dos, las que ahora tenemos, a costa de dejar fuera a los países menos ricos. La cosa empezó en que jugaban entre sí todos los campeones de Liga, y luego los de Copa, después los mejores entre los que no ganaron una cosa ni la otra. Pero un criterio darwinista-capitalista fue reduciendo la presencia de los menos ricos, hasta el punto de apartar a los campeones de muchos países. Ahora la UEFA quiere remediar eso.

Esta Champions la juegan cuatro españoles, alemanes, ingleses e italianos, tres franceses... Los 32 participantes representan a 15 federaciones. La ‘Liga Europa’ (segunda división europea), da entrada a 11 países más. Total, 26 de las 54 federaciones europeas. La UEFA proyecta una ‘Europa Cup’ en la que entrarían campeones de esos países que no caben en este sistema, eliminados en los filtros previos. Me gusta. La UEFA no se ve feliz cerrando la Europa rica (que su derecho tiene a disfrutarse a sí misma) y mandando a una leprosería al resto. Espero que de aquí a un año tengamos una ‘Europa Cup’... cuyo campeón vaya a la Champions.