El tenis vota su futuro

El tenis acude este jueves a las urnas en Orlando (Estados Unidos). La asamblea de la Federación Internacional (ITF) votará sobre una decisión que puede cambiar la historia y la esencia de este deporte: el nuevo formato de la Copa Davis, planteado por el grupo Kosmos y Gerard Piqué. Será en nuestra tarde europea y harán falta dos tercios para que el revolucionario proyecto salga adelante. En la recta final ha habido debate y toma de posiciones. La Federación Española, que inicialmente se mostró reticente al modelo, ha anunciado que votará a favor. La fuerte candidatura de Madrid como primera sede pesa mucho en su postura. La Caja Mágica acogería a 18 equipos nacionales durante una frenética semana de noviembre, primero en seis grupos de tres y luego en cruces desde cuartos.

Manolo Santana ha publicado una carta abierta en contra del proyecto, porque atenta a la pureza de la Davis, pero también por un interés propio: los efectos colaterales que podría provocar al Mutua Madrid Open. Y hemos escuchado la voz de un grupo de leyendas de Australia, desde Laver a Hewitt, que se opone radicalmente: “Los duelos a cinco sets son parte de lo que hace única a la Davis. Competir delante de un público apasionado es otro motivo por el que jugamos”. Llevan razón. Si recordamos el último Ferrer-Kohlschreiber en la Plaza de Toros de Valencia extraemos la magia del torneo. Los nuevos tiempos reclaman una solución a una competición castigada por el rechazo de los propios jugadores. Si el formato de Piqué prospera, se seguirá llamando Copa Davis, pero ya no será la Davis. Espectacular, sí, pero otra cosa.