Ahora que empieza una nueva competencia en la portería del Madrid sería un inmenso error comparar lo que puede pasar entre Keylor y Courtois con lo que ocurrió en su tiempo entre Casillas y Diego López. Porque en aquellos momentos había algo que llegaba más allá de lo simplemente deportivo, algo poco sano, provocado por Mourinho, que venía a enturbiar el mero hecho de que dos grandes porteros podían pelear por un puesto. Lo lógico en un deporte como el fútbol. La llegada del belga, elegido mejor guardameta del Mundial ruso, debe ser considerada como una cosa totalmente normal en la vida de un club que pretende mantenerse en lo más alto. No creo que haya que buscar una oscura voluntad de empujar a Keylor hacia el banquillo sino el deseo de seguir trabajando en la mejora de un puesto dónde la temporada pasada, hay que reconocerlo, existía demasiada diferencia de nivel entre titular y suplente.

No voy a esconder que siempre me ha encantado Courtois y que me alegré de forma muy especial cuando el Madrid hizo oficial su fichaje. Sus alas de albatros me impresionan y su estilo muy diferente al de Keylor va a permitir otras alternativas. Va a ser muy interesante seguir este duelo y tener reflexiones técnicas sobre quien se adapta mejor a lo que necesita el equipo. Sin necesidad de atacar a uno por defender al otro. Ambos porteros son, además, buenas personas que viven con felicidad poder residir en la capital española y jugar en el club más importante de la historia del fútbol. El madridismo debe aceptar esta competencia con total normalidad.