¿Qué le pasa a Sergio García?

¿Qué le pasa a Sergio García? La pregunta se repite con insistencia en el mundo del golf. Sergio García ha fallado este año el corte en ocho de los 19 torneos que ha jugado, entre ellos los cuatro majors, que aumentarían a cinco consecutivos si contabilizáramos también el PGA Championship de la sesión anterior. Nunca se ha visto a un Sergio tan desatinado, ni siquiera en aquel 2010, cuando anunció una retirada temporal. Lo más paradójico del asunto es que se ha metido en este pozo una campaña después del mejor año de su vida, en lo deportivo y en lo personal. En 2017 ganó el Masters de Augusta, por fin su primer major, que tanto había perseguido y había acariciado, desde su impactante irrupción en 1999. El año pasado también se casó, conoció su futura paternidad… Todo era alegría alrededor de Sergio.

Nada hacía presagiar el batacazo de 2018, en el que proliferan sus vídeos mal encarado con periodistas y aficionados o tirando el palo a la maleza. Después de lanzar cinco bolas al agua en Augusta, ironizó con que eso le haría salir más en los medios que sus éxitos. Tras el British, arrancó así la rueda de prensa: “Venga, rapidito, que me tengo que ir a Castellón”. Y al término del PGA despreció a un reportero de TVE que le pidió una declaración para promocionar la Ryder: “Que lo vean si quieren”. Sus crecientes salidas de tono preocupan en el golf. Marta Figueras Dotti escribía este martes: “A mí me da que algo le pasa a Sergio. Cómo puede ser esta actitud cuando lo tiene todo: salud, familia, dinero, trabajo… Y mucho más. No me cuadra esto, o igual es que realmente no sé quién es”. Algo pasa con Sergio, sí.