Cristiano no llora por el Real Madrid

En su presentación como nuevo jugador de la Juventus, Cristiano quiso centrarse en el hoy, en el ahora, pero habrá más de un madridista que eche de menos algún cariño al que durante nueve temporadas fue su club. Pasó de puntillas por su pasado blanco, agradeció lo justo ("he hecho una historia brillante en el Real Madrid, que me ha ayudado en todo") pero tuvo alguna que otra frase de portada al ser preguntado sobre la afición madridista: "No creo que estén llorando".

Lo que más sorprende de todo, si es que con Cristiano aún hay algo que nos pueda sorprender, es eso de que cambiar de club "fue una decisión fácil". ¿Por? Es ahí donde el portugués no suelta prenda, aunque su malestar con Florentino rondaba incluso por la sala en la que tuvo lugar su presentación como nuevo jugador bianconero.

Cristiano ha demostrado que su hambre es insaciable. Lo fue al recalar en el Real Madrid y lo ha sido durante tantos años en los que no hizo otra cosa que acumular títulos colectivos e individuales. En estos últimos, con la complicación añadida de coincidir generacionalmente con un monstruo del balón llamado Messi. Sólo con constancia, trabajo hasta que a uno le duelan las cejas y ánimo de superación puede uno aguantarle el pulso al argentino. Y ahí está Cristiano. Lo ha demostrado.

Por eso no es de extrañar que incluso a sus 33 años se vea con fuerzas para ganar la Serie A, la Champions League y sumar un nuevo Balón de Oro, sería el sexto, a una sala de trofeos envidiable. "Yo soy diferente de todos los demás que tienen 32, 33, 34 años. Esta elección lo demuestra (…) No vine aquí de vacaciones". Eso es lo único que teníamos claro. Sus vacaciones durarán un suspiro, hasta el 30 de julio, aunque yo no tengo claro que vaya a aguantar hasta entonces sin entrenar de bianconero. Más aún si tenemos en cuenta que el 5 de agosto el caprichoso calendario veraniego nos reserva un Real Madrid-Juventus en Maryland. Me da que, salvo fuerza mayor, el portugués no se lo pierde. Cristiano es como es, nos gustará más o menos lo que diga, pero ha demostrado a lo largo de toda su carrera deportiva que no quiere perder ni a las chapas. Que en Portugal se llaman tampilhas.