Gareth, depende ahora de ti

Bale aterrizó en Madrid hace cinco veranos. Llegó rodeado de una fama descomunal, alimentada por sus conquistas en la Premier, donde fue declarado con toda justicia mejor jugador por aquellos años. El galés era una locomotora en el Tottenham, capaz de surcar como un avión la banda izquierda (jugando más como lateral que como extremo) y de firmar un hat-trick en San Siro al Inter. Pero en el Bernabéu decidió focalizar su fútbol 30 metros más arriba. Quiso vivir más cerca del gol, más cerca de la gloria. Lo logró en su primer curso (goles clave al Barça en Mestalla y al Atleti en Lisboa), pero a partir de ahí su ubicación por la banda derecha y sus continuas lesiones le opacaron...

Ahora espera verse con Lopetegui para saber su rol en el nuevo proyecto que arranca con el guipuzcoano. Si yo fuera Julen lo tendría claro: “Gareth, si vas a mostrar el rendimiento excepcional que ofreciste en los meses de abril y mayo, nadie te toserá a la hora de hacer el once”. El Bale del Camp Nou o de Kiev es de podio de Balón de Oro. Pero su irregularidad y su incapacidad para integrarse en el vestuario (el espanglish no va con él) no le ayudan nada. Bale lo tiene en su mano. Que su chilena de Kiev no sea una excepción...