Trudy y su amor por el Madrid

Locura por ver al Madrid. Aunque sea en Kiev, una ciudad plagada de parques y de árboles que no impiden ver la realidad. Está tan lejos que ha privado a miles de españoles e ingleses de viajar para poder animar esta noche a sus equipos. Al menos 5.000 se han quedado en tierra. Pero el llamado ‘madridismo sin fronteras’ te permite asistir todavía a hechos que te llegan al corazón. En el avión que ayer me llevó de Madrid-Barajas a Zúrich, como escala previa para desplazarnos a Kiev, me encontré con una señora encantadora con una historia bonita de contar. Se llama Trudy y es de nacionalidad holandesa. Calculo que unos 50 años bien llevados. No venía de Ámsterdam, la cuna de la Séptima. Vive en Faro (Portugal). Me confesó que era una enamorada de Cristiano y de Asensio, por la sangre holandesa que el mallorquín tiene de su madre, que en paz descanse.

Trudy me contó, y a mi compañero Jesús Orihuela que estaba a mi lado, que había hecho una locura por ver esta noche a sus ídolos en Kiev. Se cogió en la noche del jueves un vuelo Faro-Lisboa. De allí enganchó otro de madrugada de Lisboa a Madrid. Por la Mañana se subió al Madrid-Zurich. Y de la ciudad suiza enlazó su cuarto avión con el que nos trajo hasta Kiev. En total, Trudy se hizo 4.239 kilómetros surcando los cielos de media Europa para tener más cerca su sueño. Cuando se despidió de nosotros por la Terminal 1 del aeropuerto Boryspil, vi que llevaba una maleta blanca con un escudo del Madrid más grande que mi cabeza. Es el amor que despierta el Madrid por donde va. Es la pasión que este club inmortal devuelve con títulos y grandeza. ¡Cómo no te voy a querer!