Los hay educados, la mayoría. ¿Podemos hacer una foto a tu coche? Después hay otras personas. "Osti, tío, ¿es un Fórmula 1 o qué? Ahí va, pero si es un BMW, ¡qué guapo tu!". Y se suben en el capó para hacerse un selfie. Directamente. Es el riesgo, totalmente asumible, de viajar en una obra de arte como el BMW i8, el impresionante coupé híbrido de la marca alemana con el que he tenido el placer de viajar cada día al GP de España de Fórmula 1. El coche tiene tecnología de F1, con un motor térmico y un tricilindrico de gasolina. El eléctrico consigue 131 caballos sobre el tren delantero y los 231 del propulsor tradicional sobre el trasero para llegar a 362 caballos de potencia total para, por ejemplo, pasar de cero a cien en cuatro segundos. ¿Cuánto corre esto? Es otra de las preguntas. Pues la velocidad máxima, limitada por la marca, es de 250 km/h.

El coche de 4,68 metros de longitud y solo 1,29 de altura es espectacular y más aún si abrimos las puertas, hacia el cielo, en forma de tijera, provoca las miradas de todos. Otra cosa es entrar en el coche, primero una pierna y a partir de ahí deslizarse hacia otro mundo con un interior de cuero, con toda la tecnología y el salpicadero digital, como una gran pantalla que cambia de color dependiendo de modo de motor que utilices, otro recuerdo de la F1… Aunque la marca de las tres letras alemanas ya no está en la máxima competición sí participará el próximo año en FE.

A diferencia de los monoplazas de F1 el coche se puede cargar con enchufe como cualquier otro eléctrico, aunque también como un móvil sobre una plataforma de carga inductiva llamada Qualcomm. Pero también, y esto sí es cosa de la F1, mediante el propio motor de combustión recargando las baterías. El coches es como un gato y un león, puede llegar a los 120 km/h y recorrer más de 30 kilómetros en modo eléctrico, pero en Sport tiene la aceleración de un superdeportivo.

Y sobre todo es muy, muy bonito, líneas agresivas, aerodinámica efectiva, muy cuidado y pegado al suelo… como un F1, aunque sea el coche de seguridad de la Fórmula E. Un coche especial para sentirse especial con un precio aproximado de 140.000 euros. Y hay una versión descapotable, quizá para entrar directamente a la pista. Mientras, disfrutemos de esta maravilla para llegar cada día al circuito de Barcelona y ser felices un rato al volante… ya habrá tiempo de volver a la realidad. Y quedarse con el recuerdo.