Bale, este verano 'bye, bye'

En el verano de 2013 llegó al Bernabéu con un cartel inmejorable: MVP de la Premier y dos fuera bordas en sus botas que convertían sus incursiones por la banda en un espectáculo capaz de llenar en Nueva York  los carteles publicitarios de Times Square. Su aspecto aseado, su educación exquisita y su profesionalidad extrema le hicieron ganarse el afecto del madridismo con un primer año sobresaliente. Sus goles en la final de Lisboa (el 2-1 en la prórroga) y el inolvidable al Barça en la final de Copa en Mestalla lo entronizaron. Pero fue un espejismo.

Desde entonces, su pasión indisimulada por el golf, su cerrazón para aprender el castellano (lo que le ha ido alejando del vestuario) y sus innumerables lesiones lo han convertido en un juguete roto del que ya nadie espera casi nada en el Bernabéu. Ni Zidane, ni sus compañeros, ni la afición y ni siquiera esa planta noble que siempre lo protegió en exceso esperando que rompiera a crack. Algo que sólo hizo con Gales en la Eurocopa de 2016… 

Bale ha agotado la paciencia de Zizou, que ya lo ha incluido en el vagón habitual de los suplentes. Gareth ya es integrante asiduo del Plan B (B de Bale). Todavía nos dejará alguna pincelada de su indiscutible calidad de aquí a final de curso, pero nadie se lo imagina de titular en los dos partidos clave con el Bayern ni poniéndose la capa de héroe ante los bávaros.

De Bale, lo que se espera es que logre que el Manchester United venga en junio con un cheque de 100 millones de euros para poder recuperar así la inversión efectuada con su fichaje en 2013. Una pena. Pudo ser una figura mundial pero nunca entendió la idiosincrasia de este club. Tiene condiciones físicas sobradas para haber triunfado, pero su inteligencia emocional no ha captado lo importante que era el compromiso hasta las últimas consecuencias. Ese que le faltó la noche de la Juventus. Y en Turín ni siquiera se alteró con el golazo de chilena de Cristiano. Ahí nos dio la pista definitiva. Bale está mentalmente fuera del Madrid desde hace tiempo. Que tengas suerte Gareth. Bye, bye.