Dos estrellas: Arrizabalaga y Cristiano

Cristiano soltó otra perla y gracias a eso el Madrid salvó el partido. Fue un tiro de Modric, ligeramente desviado, que él, de espaldas a la portería, corrigió en su trayectoria con un sutil toque de tacón. A veteranos y estudiosos de vídeo les recordará uno de los goles del Madrid al Peñarol, allá por 1960, cuando Di Stéfano desvió así un tiro de Puskas. Con dos diferencias: una, que el tiro de Puskas iba a portería, el de Modric sospecho que no; la otra, que no sé si Di Stéfano tocó el balón adrede o estaba intentando evitarlo y le tropezó. En todo caso, el efecto práctico y estético fue el mismo: un gol para la pantalla, entonces del NO-DO, hoy de la tele.

Sólo con algo así pudo batir el Madrid a un imponente Kepa Arrizabalaga, el hombre que estuvo tan cerca de fichar el Madrid este invierno, pero Zidane dijo no. Desde luego, es un portero enorme, con un futuro larguísimo. Su planta, elegancia y sobriedad recuerdan a Iribar y estoy seguro de que a estas alturas Florentino tiene que seguir mosqueado con Zidane, que se plantó ante este fichaje incluso en sala de prensa. A otros no se lo hubiera consentido, pero Zidane se ha ganado crédito para un desafío así. Eso que ha salido ganando el Athletic, que lo retiene, le ha subido la cláusula de 20 a 80 millones y ve cómo le salva puntos.

Fue un buen partido. Más académico en la primera parte, alborotado en la segunda. Nada que ver el Athletic de anoche con ese grupo triste que ha sido durante la mayoría de la temporada y en la mayoría de los campos. Jugó bien, con coraje y con sentido, se adelantó, remató al palo todavía con 0-1, no se entregó. Y bien a ráfagas el Madrid, que alineó a los que se supone que se jugarán las judías contra el Bayern. Entre ellos Benzema, que trabajó mucho más de lo que suele, pero que para una vez que chutó se llevó la bronca porque se le fue alto. Una noche, en fin, grata, sin nada en juego, y con Arrizabalaga y Cristiano en estrellas.