Yo sigo creyendo en Jorge Lorenzo

La carrera de MotoGP en Qatar no fue, ni de lejos, el arranque soñado por Lorenzo para la temporada 2018. Se fue al suelo en la decimotercera vuelta, cuando marchaba en la novena plaza y viajaba a 3.7 de la cabeza. Eso, unido al extraordinario rendimiento de Dovizioso (es el primer líder gracias a su brillante triunfo) y su gris estreno el curso pasado con la Desmosedici, ha provocado que se disparen las alarmas en muchos sectores acerca de sus posibilidades. Es como si no importara que el mallorquín fuera de menos a más bajo los focos de Losail a medida que se vaciaba el depósito de su moto, que fue la responsable, por cierto, de la caída. Se quedó sin freno delantero al perder una pastilla, fruto de un fallo de montaje o de fabricación, según fuentes de la propia fábrica, y que le lastró desde la segunda vuelta.

Sin embargo, el propio Lorenzo y los profesionales del box rojo sí que supieron ver el lado bueno de su carrera. Era decimotercero en el primer paso por meta y noveno en el momento de la caída. En la vuelta anterior, había sido el más rápido en pista y la desventaja que había tenido de 4.1 respecto a la cabeza estaba empezando a bajar. Ya iba por 3.7 en la vuelta anterior a su accidente y dos puestos por delante de Maverick, al que sacaba siete décimas y que acabó sexto la prueba. El de Yamaha lo hizo a 3.8 de la cabeza y a un segundo de Crutchlow, que terminó cuarto, y no es descabellado pensar que Lorenzo habría podido pelear como mínimo por esa plaza sin la avería. Así que, palmares con cinco títulos al margen, yo sigo creyendo en Lorenzo. Esto no ha hecho más que empezar…