Nadal vuelve sin el número 1

Un mes después de su eliminación en los cuartos de final de Australia, Rafael Nadal volverá esta semana a las pistas en Acapulco, un torneo lanzadera para la superficie dura de los dos próximos Masters 1.000: Indian Wells y Miami. El escenario ha cambiado desde entonces, porque en este periodo Roger Federer le ha arrebatado el número uno del mundo. Nadal no podrá recuperarlo matemáticamente en el Abierto de México, pero sí en alguna de las citas estadounidenses. El trono sigue cerca, pero en sí mismo no supone una prioridad para el español. Es lógico. “Luchar por el número uno no es un objetivo. A estas alturas de mi carrera, lo importante para mí es ser feliz, estar sano y sentirme competitivo”, dice el balear. Rafa ha atravesado tales desiertos de lesiones, que prefiere no marcarse metas sin testar su físico.

Recordemos que la última imagen que tenemos de Nadal con una raqueta fue su retirada por lesión en el quinto set ante Marin Cilic. Rafa tiene que pisar la pista dura, recobrar ritmo y sensaciones, ganar partidos... En definitiva, como él mismo indica, “sentirse competitivo”. A partir de ahí, el número uno de la ATP puede llegar como el resultado de un buen tenis. Así le ocurrió el último año. Y así le ocurrió este mes a Federer. Al inicio de la pasada campaña, cualquiera de los dos supuestos eran pura fantasía. Nadal tiene 31 años y Roger, 36. Ya lo han ganado todo, no hay nada que demostrar. Cada raquetazo va dirigido a un objetivo mayor, casi divino: acrecentar su leyenda. El número uno ilusiona, claro que sí. Las lágrimas de Federer no engañan. Pero es más importante ser feliz, estar sano y sentirse competitivo. Lo firmo.