¡Capitán Cristiano!

Felizidane. Ha vuelto el Madrid de las cinco Copas. El que conquistó en un 2017 inolvidable la Champions, LaLiga, la Supercopa de Europa y de España y el Mundial de Clubes. Un Madrid armónico, dinámico, enérgico, veloz, vertical, chispeante y con gol. Mucho gol. El Madrid de Zidane, que nos acostumbró a gozar tanto que no estábamos preparados cuando llegaron las sombras. El equipo se ha inoculado desde el 3-1 al PSG una inyección de autoestima que se refleja en el juego, en la actitud y en la puesta en escena. Un Madrid pleno, impetuoso, hambriento y voraz. Y con la BBCLV al frente…

Póker de Ases. El rival venía lanzado desde la llegada del Pitu. Como dice un amigo mío con gracia: “Ahí corren todos alavés”. Por eso Zizou sorprendió alineando de entrada a cuatro hombres de ataque, dejando un doble pivote de contención para dejar que arriba armaran el lío los del póker. El Alavés salió trasquilado con esa atrevida apuesta de pizarra. Lucas Vázquez se incorporó a la mejor BBC del curso. Hoy se ganaron Bale y Benzema las mayúsculas que durante todo este curso sólo se había merecido el insaciable Cristiano. La BBC ofreció su mejor versión con la alianza impagable de Lucas, un gallego en versión turbina que se convierte en un rodillo para las zagas rivales. Penetra, desborda, asiste, chuta, defiende… Lucas ha presentado su candidatura para el once de París y para el Mundial de Rusia. Lucas se ha ganado de pleno derecho entrar en el tridente que se ha alimentado de su energía. ¡Bienvenida la BBCLV!

Keylor, Theo… Fue un día de reivindicaciones para los llamados actores secundarios. Empezando por mi portero favorito: Keylor Navas. En el primer tiempo sacó dos manos providenciales que me recordaron al Casillas de sus años gloriosos en el Bernabéu. Esas paradas decisivas con el marcador abierto que luego facilitaban la goleada posterior. El tico se agiganta a medida que avanza cada temporada. Y también fue la tarde de Theo. Quizás espoleado por medirse a sus ex, el francés firmó por fin un partido acorde con el caché con el que vino. Largo, profundo, velocísimo, desequilibrante… El Theo que costó 30 millones de euros. Bien, chaval. Así, sí.

Karim y el capitán. Nunca fui presidente de su Club de Fans, pero cuando Benzema juega como ante el equipo de Abelardo sólo cabe felicitarle y aplaudirle. Inspirado, combinativo de verdad (esta vez sí fue determinante en la elaboración de algunos goles), creativo y agresivo. Hasta robó un balón que dio pie al gol de Bale. Karim recibió el premio a su tarde inspirada con el gol de penalti postrero. Sostienen sus detractores que Cristiano es un egoísta impertinente. Pues miren qué gratuito es hablar. El portugués hubiese firmado un hat-trick que suponía su gol 300 con el Madrid en Liga, pero prefirió esperar a otra jornada y concederle a Benzema el gol que le hacía falta anímicamente. Eso se llama hacer equipo. Cristiano fue el gran capitán, con galones y en comportamiento. Obrigado, máquina.

Ceballos y Zizou. El maestro de la Novena tuvo la humildad de disculparse públicamente con el utrerano por los 28 segundos de Butarque, un error que no todos los técnicos umbilicales que conozco asumirían. ZZ es de otra pasta. Y le dio 20 minutos al chaval para reinsertarle en un grupo que le adora, porque saben de su calidad y destreza con la pelota en los pies. El finiquito perfecto para una tarde redonda. Este Madrid sí que mola.