Chelsea-Barça, un clásico moderno

El Barça visita hoy al Chelsea, en lo que viene a ser algo así como un clásico moderno. Lo mejor de la historia del Chelsea es lo muy reciente, quizá un poco por mala suerte. Cuando nació la Copa de Europa, el Chelsea había ganado la Liga inglesa, pero el hombre fuerte de la misma, Alan Hardaker, un inglesazo de rompe y rasga de esos que no esperaban que nada bueno les pueda llegar del otro lado del canal, se opuso a su participación. El año siguiente, tras muchas discusiones y visto el éxito de la primera edición, tuvo que transigir con que acudiera el Manchester United. El Chelsea tuvo que esperar su turno por muchos años.

Y cuando por fin llegó, ha chocado mucho con el Barça. Casualidades de los sorteos. Entre el Madrid y el Bayern hay una larga experiencia de enfrentamientos que tiene que ver con la persistencia de ambos en clasificarse y prosperar en la gran competición europea. En el caso del Chelsea y el Barça ha sido un poco el capricho del sorteo lo que ha concentrado tantos choques en poco tiempo (seis eliminatorias directas, más esta, desde el 2000 hasta hoy) y ha dado pie a episodios muy notables. Para mí el más singular fue el de Ovrebo. Nunca vi en Europa un arbitraje tan lesivo para el equipo de casa. Algo que tiene su lugar en la historia.

Pero no ha sido sólo eso. Ahí asomó por primera vez Mourinho como enemigo del Barça, cuando ante una entrada salvaje de Del Horno a Messi, saldada con justa expulsión, acusó al Barça de hacer teatro. Y también está presente aquel gol de Torres en el Camp Nou en el descuento del partido de vuelta de una semifinal. Nuevos ladrillos para el edificio de una rivalidad singular que hoy abre otro episodio. El Barça comparece en Stamford Bridge con un mal saldo de su ataque en las últimas (y no tan últimas) salidas europeas. Messi nunca le ha marcado un gol al Chelsea. Más elementos para hacer del de hoy un partido especial.