Champions: la Premier aprieta a LaLiga

El sorteo de la Champions nos coloca en una posición incómoda. Ninguno de los tres equipos españoles tiene ante sí un rival no digamos ya cómodo, sino al menos digerible. Al Sevilla, el tercero de los nuestros, si se me permite, que creo que sí, le ha tocado el United, un club con pasado, presente y rabia. Mal enemigo. Al Barça, que tiene el mayor derecho a aspirar a todo porque juega cada partido con ese As de Oros que es Messi, le ha tocado el Chelsea. Al Madrid le ha caído el PSG, la última gran fabricación futbolística de París, esa ciudad que creó los Juegos Olímpicos, el Tour, el Mundial, la Copa de Europa, el Balón de Oro...

¡Ay París, cuánto te debemos! Y no sólo por la Revolución, que convirtió a los súbditos en ciudadanos, también a todo lo que que vino después, a los Coubertain, Degranges, Rimet, Godet... El deporte como lo conocemos fue en cierto modo invento inglés. Pero los franceses son quienes le dieron sentido. Ellos asaltaron la intimidad británica y elevaron aquellos hallazgos a un espacio universal. Aquellos intentos británicos, entre ellos el fútbol, pero no sólo él, pasaron a ser de domino universal. Buenos amigos ingleses cuyo trato he disfrutado estos años, por ejemplo Robinson, me han lamentado que inventaron todo, pero todo lo hacen peor.

Para consuelo de mis amigos británicos ahí está la Premier de este año. Van por delante, tienen cinco clasificados por tres de los nuestros. Temíamos enfrentarnos en el sorteo. Al Sevilla le ha tocado el Manchester United de Mourinho, al Barça el Chelsea de Hazard, Morata y Conte. Al Madrid no le cayó un rival de la Premier, sino el PSG, esa acumulación de figuras manejada por un fiero comandante ondaribitarra, Unai Emery. Pero en cierto modo, estas eliminatorias tienen algo de pulso de LaLiga frente a la Premier, en el que el City, el Tottenham y el Liverpool hacen por ahora algo así como el papel de versos sueltos.