O alguien no le está dando la información correcta sobre la lesión del galés a Zidane o el francés está pecando de optimista con los plazos de recuperación del de Cardiff. No es que Bale no esté preparado todavía para entrenar con el grupo, es que no está ni para echarse una partida con los colegas en un simulador de coches. Lo mejor que pueden hacer todas las partes es ahorrarse hablar de plazos porque la única evidencia es que con este futbolista hacerse ilusiones es tontería. Suena duro, pero es la realidad. Además de tener una comprobada predisposición a lesionarse, su umbral de dolor está por debajo de la media y tampoco es demasiado amigo de tomar demasiados medicamentos para recuperar. Un cómputo de circunstancias que están haciendo que su paso por el Madrid se esté convirtiendo en un calvario.

En un año que parece decisivo para su continuidad se está pasando más tiempo en la camilla que en el césped y está dando la razón a los que piensan que lo mejor para todos es buscar una salida. Igual el bloqueo mental que le está produciendo a Bale no poder ayudar al grupo solo se soluciona con un cambio de aires. Su físico no soporta dos partidos de máxima presión a la semana y su adaptación al grupo tampoco parece completa. Dicen los que trabajan cerca de él que se esfuerza y quiere, pero su portentoso físico no le responde y ahora está en un camino de no retorno. Que se recupere del todo, que eche una mano en lo que pueda y que se le busque la mejor de las salidas ahora que todavía tiene una venta relativamente buena. Y que encuentre en otro sitio la felicidad que aquí le ha sido esquiva…