A la larga, Lineker le habrá hecho un favor a Benzema con su ataque del otro día. A la defensa encendida de Zidane se sumó ayer el aplauso del público cuando compareció ayer en el 63’. Y se le vio motivadísimo. Jugó exactamente como dice Zidane que debe jugar y el que quiera saber en qué consiste eso sólo tiene que ver el gol de Marcelo. La jugada arrancó con una descarga suya de tacón, en el medio campo y cerca de la banda, hacia la veloz carrera de Theo; éste sube el balón y lo entrega arriba a Marcelo, que ya cerca del área se apoya en Benzema para colarse en el área y marcar de tiro cruzado. Una jugada que habló por Zidane.

Fue la perla del partido del Madrid, que por lo demás no fue bueno. Otras veces se ha dejado puntos en el Bernabéu haciendo más. Esta vez un partido flojo y confuso le dejó el premio de un marcador rotundo, porque así es el fútbol. Un autogol encaminó las cosas. Luego, Asensio reencontró el gol a pase de Isco. Finalmente, el de Marcelo, vía Benzema, que provocó un mensaje irónico de Lineker, al que es evidente que le va la marcha. El que se quedó sin marcar otra vez fue Cristiano, que no tuvo muchas pero se le escaparon algunas. Hace años que cada partido del Madrid sin goles de Cristiano se hace extraño. Ayer volvió a pasar.

Quizá sea día para alabar el trabajo de los de atrás en el Madrid, los generalmente olvidados. Mendilibar lo comentó en Movistar. Su Eibar tuvo mucho el balón, pero no creó ocasiones. Casilla tuvo un partido tranquilo. “Son fuertes arriba, pero también son fuertes atrás”, comentó el entrenador vasco. Así fue. Sobre esa seguridad atrás construyó su victoria el Madrid, una victoria imprescindible en estos días en los que el Barça cabalga rápido a cinco puntos de ventaja. Y hoy, viaje a Londres, donde se da por hecho que Cristiano recibirá el The Best de la FIFA, que a partir de esta edición premia la temporada, no el año natural.