En tiempos de éxitos relativamente recientes en Old Trafford, "el teatro de los sueños" del célebre Manchester United, el Cienciano del Cusco sorprendía al mundo ganando la Copa Sudamericana luego de dejar atrás al Santos de Diego y Robinho; al Nacional de Medellín y superando en la final a River Plate con un global 4-3 materializado en Arequipa con el gol de tiro libre del paraguayo Lugo.

Había motivos para que los campeones fueran llamados el "Manchester de los Andes". Ahora desde el mismo Cusco, "ombligo del mundo" y por supuesto, todavía salvando distancias, asoma el equipo celeste del Real Garcilaso. El que puede ser el equipo de los "ciudadanos" de la misma capital arqueológica de América, acaso el "City" de los Andes.

Por supuesto Ramúa no es David Silva, ni Alfredo Rojas es Fernandinho, pero el equipo de Grioni, a punta de consistencia, determinación y cada vez más frecuentes ratos de buen juego, sigue sumando de visita y de local y apunta seriamente al título del Clausura y a una eventual definición ante Alianza Lima, ganador del Apertura.

Es prematuro hacer comparaciones con Cienciano evidentemente, hay una distancia histórica enorme entre ambos, pero hay condiciones que en Real Garcilaso deben ponderar: a diferencia del Cienciano 2003, el actual líder del Clausura tiene infraestructura y condiciones envidiables de trabajo. Si dejan de lado cierto desorden y prepotencia en la gestión, la retrógrada visión del capataz que impone criterios y, por el contrario, optan por hacer planificación de largo aliento, con visión de futuro y con buenos profesionales que tomen decisiones, para hacerse potencia internacional, podrían alguna vez merecer ser llamados el Manchester City de los Andes. De ellos depende. Por ahora el Real Garcilaso es simplemente, candidato principal al título del Clausura.