Un equipo femenino fue el primero de la historia en colgarse un oro olímpico para España: el de hockey en Barcelona 1992. Las mujeres han tirado del carro en los últimos Juegos de Londres 2012 y Río 2016, con más medallas que los hombres. Este mismo año hemos visto al baloncesto, campeón de Europa; a Mireia Belmonte, campeona del Mundo; a Garbiñe Muguruza, número uno del tenis WTA... “Y ahora tienen hasta un puesto en la Quiniela, quién nos lo iba a decir”, apuntó Ignacio Galán, el presidente de Iberdrola, poco antes de rodearse para una foto de 78 deportistas uniformadas con un polo verde, el color corporativo de su empresa. Un año después, Iberdrola ha renovado su patrocinio del programa Universo Mujer. Se ha convertido en el gran mecenas del deporte femenino español.

Su ayuda alcanza ya a quince deportes, cinco de ellos anunciados este mismo martes en el acto de Madrid, que acogen a 17.500 mujeres federadas que proyectan a 20.000 con la renovación del acuerdo. El programa Universo Mujer y el apoyo de Iberdrola son un espaldarazo para deportes que tienen menos visibilidad y para unas mujeres que se habían ganado a pulso este empujón. Su presencia es tan fuerte, que cuando piensas en el deporte femenino español, piensas en Iberdrola. Estés dentro o no. Un acierto publicitario, sin duda. Otros deportes han encontrado otros patrocinios, como el baloncesto con Dia y el ciclismo con Movistar, a pesar de ciertas reticencias en el CSD en este último caso. Hay que aplaudir a todas estas empresas por su apoyo. Y dejar la puerta abierta para que nadie se quede fuera.