Es una pena porque hablamos de un magnífico futbolista, pero está claro que Marcos Llorente no puede ver frenada su progesion pasándose la mitad de la temporada en la grada. Yo estaba convencido de que el máximo recuperador de balones de la pasada Liga (ojo al aparato) sería el relevo directo de Casemiro en esa posición tan específica del mediocentro defensivo. Pero lo que no les puedo negar es que Kovacic se ha adueñado de la escena y se merece el rango que Zidane le ha otorgado en los últimos partidos hasta el extremo de haber sido titular en los tres Clásicos de este verano (en Miami, en Barcelona y en Madrid).

Llorente es canterano, puro ADN madridista y, por supuesto, si finalmente es inevitable su salida, el club debe satelizarlo para asegurarse que su viaje sea de ida y vuelta. Una cesión en un equipo que sepa cuidarle y mimarle como hizo el Alavés le permitiría regresar a su casa dentro de un año con otros 40 encuentros a cuestas y mucha experiencia acumulada. Llorente vale para el Madrid, pero ahora mismo no tiene sitio. Mateo Kovacic está que se sale...