La lesión de Bale en el último Clásico liguero marcó el despegue definitivo del Real Madrid en el tramo decisivo de la temporada pasada. Así de crudo. El galés apuró para jugar un partido para el que no estaba del todo recuperado y su baja definitiva permitió a Zidane seguir jugando con cuatro centrocampistas en los choques más importantes del año. Igual con el de Cardiff a tope el doblete habría llegado también, pero la realidad es que el equipo empezó a arrasar cuando se deshizo la BBC. Isco y Asensio se soltaron la cadena definitivamente y los de Zizou se han convertido en un transatlántico imparable. Y así hasta ahora.

La sanción de Cristiano Ronaldo vale, de momento , para aplazar un debate que ya no tiene vuelta atrás: la BBC huele a pasado. La temporada es larga y habrá oportunidades para todos, pero la cantidad de talento que acumula la plantilla en el centro del campo obliga a jugar de otra manera. Zidane, que ha demostrado ser un mago en el manejo del grupo, tendrá que tirar de galones y psicología para hacer efectiva la decisión más importante del año: que la BBC ha pasado de intocable a prescindible.