Florentino, Dembélé y un problema para el Barça

Haber ganado tres Champions en los últimos cuatro años tiene que servir para algo. Y arrastrar el peso de la historia y la leyenda de las cinco primeras Copas de Europa, también. Los éxitos deportivos no sólo son fuente de dinero para una entidad. También lo son de prestigio… En estos días en el que el mercado se ha vuelto loco, en los que Neymar ha batido un récord estratosférico con los 222 millones de su traspaso al PSG, el Madrid tiene una posición de ventaja. La tiene porque cualquier jugador querría vestir su camiseta y estar a las órdenes de Zidane. Si no viene Mbappé será porque el Madrid no quiere… Y si Dembélé termina en el Barça, será porque el Madrid lo permite.

La información de RAC 1 sobre una conversación entre Florentino Pérez y el presidente del Dortmund, Rainhard Rauball, en la que el primero le habría dicho al dirigente borussien de avisarle antes de vender a Dembélé tiene toda la pinta de ser verdad. Si hay un club que mantiene buena relación con Florentino, ese es el Dortmund (y no encontrarán muchos más salvo el PSG presidido por Al Khelaifi). Su CEO, Hans Joquim Watzke, está absolutamente entregado a la figura del actual presidente del Madrid y a su trayectoria en el mundo de las empresas. Las comidas de directivas entre ambas entidades son casi reuniones de amigos y en ellas se adquieren compromisos. El que escribe fue testigo de una conversación del propio Watzke en Nyon, en la pasada gala de la UEFA que se celebra en septiembre para premiar al mejor jugador del año, en la que el CEO dijo sobre Aubameyang: “Si algún equipo quiere ficharle, Florentino siempre tendrá la última palabra”. Come de su mano… Y el relato de RAC 1 sobre Dembelé encaja. Por suerte para el barcelonismo, donde no encaja Dembélé es en la plantilla que maneja Zidane.

El caso del Barcelona es todo lo contrario al del Madrid. Cualquier fichaje que plantea, se llame Dembélé, Coutinho, Verrati, Paulinho o Ceballos, se convierte en un problema. Mientras, el problema para el Madrid es otro. No le cabe tanto buen jugador en la plantilla. El club blanco no debería desaprovechar esta inercia para marcar una época. La renovación de Isco (25 años) ha sido un gran movimiento para que esto suceda. Habrá que cuidar a Asensio, a Ceballos… El Madrid manda con mucho músculo en la escena internacional y debe moverse, más que nunca, con inteligencia.