Un triunfo de los centrocampistas

Eje principal. Como una secuela de Cardiff el Madrid conquistó la Supercopa de Europa bajo la hegemonía de sus centrocampistas. Al dictado del rombo que forman Casemiro, Modric, Kroos e Isco, siempre con permutas interesantes, comprimió al Manchester hasta que le aguantó el depósito.

De toque en toque. Se hizo fuerte a partir de su superioridad en las zonas intermedias. El 5-3-2 de Mourinho estrechó esa franja y los cuatro medios marcaron la pauta con un 96% de precisión en el pase.

En todos los sitios. No hay futbolista más importante en su registro que Casemiro, cada vez más liberado en campo contrario. Su disciplina táctica corrigió diferentes situaciones de peligro con cinco recuperaciones y tres cortes decisivos.

Agobio final. Le tocó sufrir al conjunto de Zidane ante un rival que nunca se dejó ir. Fellaini y el balón aéreo fue el recurso rudimentario de Mourinho. Resistió el Madrid en una Supercopa que volvió a encumbrar a los centrocampistas.

Bloque alto

Otra vez funcionó el sistema de presión madridista. Del 16' al 23' (gol de Casemiro) no salió el Manchester United de su terreno de juego.

Suelto

Casemiro se descolgaba y Mkhitaryan no le fijaba. El Madrid supo aprovechar las apariciones del brasileño para acentuar su preeminencia técnica.