El irrepetible Dream Team

Hoy se ve con normalidad que un jugador de la NBA represente a su país. En 1992 no lo era. Por eso aquel 26 de julio, hace 25 años, se convirtió en una fecha histórica: el Dream Team debutó en unos Juegos. El resultado fue lo de menos: palizón a Angola, 116-48. Lo importante era ver al Equipo de Ensueño: Magic, Jordan, Stockton, Bird, Drexler, Pippen, Mullin, Malone, Barkley, Ewing, Robinson y el universitario Laettner. Y abrir las puertas a las ligas norteamericanas, que no podían ser olímpicas por un profesionalismo del que también gozaban otros deportistas. Aquel fue otro de los grandes éxitos de Barcelona 92. Una apertura que se extendió a otras disciplinas como el béisbol y el hockey hielo, aunque en estos casos no ha tenido continuidad debido a la incompatibilidad de sus calendarios.

La NBA entró en los Juegos y ya no ha vuelto a salir. Tampoco ha existido un Dream Team como aquel, por muchas etiquetas que se hayan colgado. La formación de aquel equipo también estuvo relacionada con la revancha de dos afrentas: las derrotas de Estados Unidos ante la URSS en la final de Múnich 1972 (la famosa canasta de Belov) y la semifinal de Seúl 1988. Magic tuvo que convencer a Jordan y Bird, los más grandes del momento, y hacer alguna concesión como dejar fuera a Thomas, enemistado con Air. El resto fue coser y cantar: resultados cómodos y mucho vedetismo. Reservaron un hotel exclusivo para ellos y sus invitados, protegido por el propio FBI. La URSS ya no existía en 1992. No hubo venganza, pero EE UU demostró dónde se jugaba el mejor baloncesto. Fue un equipo irrepetible.