El Sevilla pudo con todo…, menos con Messi

El Barça comprobó de primera mano que el 22 de mayo no irá de paseo al Calderón a recoger la Copa. Tiene orgullo el Sevilla, que pese a tener lejísimos la cuarta plaza dignificó la competición con un partido de jerarquía en el que se demostró a sí mismo que ganar está al alcance de su mano. Castigó un buen rato los riñones del Barça por el perfil de Tremoulinas, lateral de mucha categoría. Y se adelantó con un gol de clase de Vitolo. Juntó muy bien sus líneas y pese a la ausencia de Banega controló durante algunas fases los tiempos del partido. Hacer eso en el Camp Nou no resulta nada sencillo.

Tenía el Sevilla en un apuro al Barça hasta que apareció Messi, que genera tal miedo escénico que Sergio Rico no supo muy bien dónde ponerse y descuidó su palo. Un error de base, pero comprensible ante la dimensión del futbolista. La única desconexión del Sevilla, algo frío en la salida de la segunda parte, le costó el 2-1. Otros muchos equipos se habrían abandonado a su suerte. El Sevilla, sin embargo, tuvo llegadas de Vitolo y una oportunidad fantástica de Gameiro. Cómo vería el asunto la parroquia en el Camp Nou que terminó alentando a los suyos. El Sevilla terminó tirando de su nunca se rinde y botó tres o cuatro córners en el último minuto que mantuvieron en tensión al Barcelona. En realidad, al Sevilla no lo tiró el Barça, sino ese genio llamado Messi.