El Madrid despide la Liga en Málaga

“¡Adiós a la Liga, adiós!”, cantaba burlón al final del partido el público de Málaga. Y, efectivamente, el Madrid ya tiene imposible la Liga. El Barça está a nueve puntos y con un tremendo margen en el ‘goal average’ particular. Es mucha distancia, que ni siquiera creo que el Madrid pudiera recorrer ante una eventual lluvia de bajas en el Barça, que tan mal cubriría y que nadie desea. No la podría recorrer porque fuera no es solvente. Las goleadas del Bernabéu en los primeros partidos de Zidane contrastan con sus salidas ligueras, partidos atascados, sin gracia ni firmeza. Sobre todo los de Granada y Málaga.

Ayer, si alguien debió ganar fue el Málaga. Dejando aparte el gol en fuera de juego de Cristiano (que de inmediato falló un penalti, del que fue objeto él mismo), el Málaga hizo más. Se armó mejor, cerró la salida del Madrid, sobre todo de Modric, forzó a bastantes imprecisiones a la defensa madridista y llegó a Keylor lo bastante como hacerle una de las dos figuras del Madrid. La otra fue Marcelo, incansable, atendiendo sus tareas en defensa y conduciendo el poco peligro del Madrid. El resto del grupo estuvo por debajo de su nivel. Ello a pesar del prometedor inicio de Isco con dos jugadones de salida.

Isco jugó de delantero centro. Zidane no se apea del 4-3-3,  así que le puso de nueve y le flanqueó con Jesé y Cristiano. Prescindió de James para dar entrada a Kovacic, en busca de una consistencia que no existió. En definitiva, el Madrid pareció un equipo mal hecho, y en efecto fue un equipo mal hecho. Por eso tuvo tanta actividad Keylor Navas, por eso no fue capaz de ganar, a pesar de que se adelantó en un golpe de suerte, porque el linier estaba mirando a la luna en un saque a balón parado. Por eso y porque el Málaga fue un buen equipo. Menos cartas, pero mejor jugadas. Y más entusiasmo.