Mendoza y la Quinta del Buitre

Cuando Allegri sustituyó a Álvaro Morata en el minuto 78, los 40.000 hinchas de la Juve se pusieron en pie para aclamar a su nuevo héroe. Entre la rabia y la impotencia imaginé qué hubiera pasado si Ramón Mendoza, el famoso presidente de las cinco Ligas seguidas (1986-1990), hubiera hecho lo mismo con Butragueño, Sanchís o Míchel. La Juventus, precisamente, y el Inter fueron los que pusieron cifras mareantes sobre la mesa para hacerse con ellos. Mendoza entendió que el futuro deportivo del Madrid pasaba por esa irrepetible camada y blindó sus contratos. Cierto que no ganaron la Copa de Europa (maldita noche en Eindhoven...), pero esa generación ha quedado para siempre en la memoria del madridismo. Me pregunto si no hubiera sido posible convencer a Morata para que echara raíces en su casa, en su Bernabéu, junto a la gente que le quiso y creyó en él desde que se calzó su primer par de botas siendo un niño...

Benzema es un magnífico segundo delantero, pero no es un killer del área. Marcha octavo en la tabla de goleadores (Bueno, canterano madridista que ahora está en el Rayo, lleva un gol más que él). Morata se fue a la Juve porque le dijeron “aquí serás importante y acabarás jugando en los días de verdad”. Y el martes llego ese día. Titular en una semifinal de Champions ante el Madrid, vigente campeón. Y respondió marcando un gol de listo de la clase, de nueve-nueve. Nos dieron 22 millones por él. Ahora cuesta 30 repescarlo. Estamos a tiempo de cerrar esta herida...