Triatlón, el nuevo pentatlón

Este fin de semana se celebra el Ironman de Hawai, una prueba terrible (3,8 kilómetros de natación, 180 de ciclismo y 42,195 de carrera) pero al alcance de miles de personas (el año pasado terminaron 1.973 triatletas). El de Hawai ya no es el único, mas sigue siendo el más famoso. Allí, en 1978, nació el triatlón como una competición brutal que coronara al hombre de hierro; con el tiempo este nuevo deporte fue reduciendo sus distancias para hacerlo más accesible, y en el año 2000 se hizo olímpico. Estaba llamado a ser el sustituto del pentatlón moderno en los Juegos, pero la influencia del fallecido Samaranch (su hijo era, y es, vicepresidente de la Federación Mundial) permitió mantener este deporte en el calendario.

El pentatlón combina combates de esgrima de un minuto, 200 metros de natación, saltos a caballo y 4 kilómetros de carrera, intercalando tiros con pistola. Responde a los patrones de búsqueda del deportista completo, como se hacía en la antigüedad. Por eso el COI lo hizo olímpico en 1912. Pero hace tiempo que dejó de tener sentido. En España, país del vicepresidente mundial, sólo hay 164 licencias. El triatlón, en cambio, 25.000 y subiendo. Y será más fácil hacer un pentatlón que un Ironman. Pero la juventud, ni prácticamente nadie, hace esgrima, hípica y dispara. El triatlón es el nuevo pentatlón, y no precisamente por haber reducido sus distancias. En Hawai salen más de dos mil personas y ahí sí que ha habido tiros por apuntarse.